martes, 16 de noviembre de 2010

La polémica matrimonial

"Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales."

Esta de aquí arriba, drugitos míos, es la definición que da la la Real Academia Española de la palabra matrimonio. Es lo que la mayoría de personas en contra del matrimonio gay argumenta para que no se permita ese tipo de enlaces. La verdad es que la definición es clarísima, hasta el mismísmo Papa en su visita a España hace una semana defendía esa tésis, ante el enfado del colectivo homosexual que se encuentra indignado por las declaraciones del Papa. Además, ellos piden que se cambie la definición arriba expuesta para dar un "zas en toda la boca" a los que se aferran a ella como si la vida les fuera en ello.

Me parece muy bien que los homosexuales pidan esa reforma, aunque es cierto que ya pueden casarse libremente aquí y no debería importarles lo que digan los demás. "Que os den por culo", nunca se habría dicho de forma más insultante. Ahora bien, los gays y lesbianas que acaben casándose, con el tiempo se darán cuenta, como también se dan cuenta los heterosexuales, de que el matrimonio es una gran estupidez. Es un atentado contra la individualidad del ser humano, una pérdida tontísima de dinero (aunque la verdad es que sumando los regalos en metálico de los invitados casi que lo pagas todo), y no hablemos ya del asunto de tener hijos, eso mejor lo dejo para otro artículo. Lo peor de todo es que si decides acabar con él, tendrás que enfrentarte a un proceso largo y tedioso, y la que te puede caer si no has hecho la separación de bienes te puede dejar con ropa interior y nada más. 

Esto lo digo en modo post-wedding, ya que la semana pasada estuve en una boda, celebración a la que hacía mucho tiempo que no asistía. Me repelió bastante la forma en la que los novios actuaban, pues eran meros monos de feria ante las peticiones y putadas de familiares y amigos. Ellos parecían felices, pero dadles unos años. Yo ya he encargado a una agencia de sicarios que si me caso me maten ese mismo día, por traicionar mis principios.

Así que lo que se debería hacer es suprimir directamente la palabra matrimonio del lenguaje mundial, pues nadie saldría perdiendo y todos ganando si no tuvieramos que firmar el maldito papel. Esa es otra, debes firmar un papel en el que aseguras que quieres a tu pareja. ¿Existe algo más patético y sin sentido que eso? Dudo que aquí me vaya a leer mucha gente, pero haced caso a mi consejo, lo único que vais a disfrutar de vuestro matrimonio es la noche de bodas y el viaje, cosa que podríais hacer perfectamente sin estar casados, después de eso, es la rutina de todos los días.

Y si no me haceis caso, que será lo más probable debido al contenido cínico de mis afirmaciones, no os caseis por la Iglesia, que los mamones se llevan una buena pasta con la ceremonia. Para que luego digan que para ser católico no hay que pagar.

2 comentarios:

  1. Siento que el primero comentario de esta entrada sea el de alguien con una opinión tan opuesta a la tuya.

    Respeto tu opinión, pero la vida en pareja no tiene porqué suponer una pérdida de la individualidad. Si alguien se casa y convive con una persona es porque siente que quiere compartir el resto de su vida con ella. Porque compartir, en algunos casos es ceder, pero en otros casos puede reportar muchos beneficios. Además, decir que el ser humano es un ser social, que no puede alcanzar la felicidad cuando se siente solo.

    El problema viene cuando uno de los dos miembros de la pareja es formado por el otro a casarse/vivir en pareja. Es a partir de aquí cuando surgen la mayoría de los conflictos que degeneran en separación/divorcio, y es lo que crea ese pesimismo general que vemos actualmente en relación al amor. Yo conozco parejas que llevan años juntos y SÍ se quieren realmente (no es sólo cariño).

    Con respecto a lo de que para ser católico no hay que pagar es completamente cierto (porque en el tiempo que llevo siendo católico nunca se me ha pedido dinero, yo pago voluntariamente porque es una comunidad a la que pertenezco y que requiere un mantenimiento). Nadie obliga a pagar a nadie, y el precio que cueste una boda va en función del lujo que los contrayentes exijan en la misma (si quieren casarse en mitad de una misa normal y corriente, no se les exige dinero).

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  2. Sólo he dicho cosas relacionadas con el matrimonio, las relaciones de pareja son necesarias en el vida del ser humano, en realidad lo único necesario es comer, beber, expulsar eso y dormir, lo demás es opcional, pero se opta mucho por esa opción.

    Y lo de los pagos es una coña relacionada a la cantidad que tuvo que desembolsar un compañero de trabajo para que le hicieran la ceremonia. Y nunca he conocido a alguien que se haya casado en una misa normal y corriente, de hecho eso va contra el propósito de una boda, que es una ceremonia para que los novios (sobretodo la novia) se luzcan delante de todos sus invitados, por lo que no creo que sea una práctica muy común esa.

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