domingo, 6 de marzo de 2011

Os hace un Sabbath?

Últimamente estoy muy ateo. He visto los documentales de Richard Dawkins sobre religión, me he comprado su libro La Ilusión De Dios, he visto el documental Religulous del director de Borat con el cómico Bill Maher como presentador (documental que recomiendo a todo el mundo que tenga sentido del humor) y tengo preparado otro documental con los cuatro más célebres pensadores críticos del momento, incluyendo al propio Dawkins, debatiendo durante dos horas. Después de esto, no sé si Dios existe o no, pero de lo que estoy seguro es que los la religión judía es la que más gracia me hace de todas.
Que nadie se tome todo lo que voy a decir en serio, pues creo que estoy influido por las tremendas situaciones cómicas que se producen en el anteriormente nombrado documental Religulous, pero si las religiones son ya absurdas en general, la que se lleva la palma es la primera religión abrahámica. Si os dáis cuenta las religiones tampoco se salvan de la teoría de Darwin, la judía es la más primitiva, la que con menos seguidores cuenta y la que cuenta con los dogmas más risibles, cortesía de una obra maestra de la literatura (de ficción), mientras que sus sucesoras han aprendido de las carencias de ésta y la han mejorado.

El Antiguo Testamento cuenta con el personaje más malo de los malos, Dios. Este ser es horripilante, cruel, sediento de sangre y obsesionado con el sexo (una gran verdad que diseñó a los hombres a su imagen y semejanza). Este libro es sólo eso, un libro, pero algunos religiosos se empeñan en que sea considerado historia pura y dura. Según este libro, somos imperfectos debido a que una serpiente que hablaba le dio una manzana prohibida a una mujer. También se dice que un hombre vivió tres días en el estómago de una ballena, o que en estos tiempos antiguos (no tanto, según el AT la tierra tiene cinco mil años) había personas que llegaban a vivir setecientos años. Hay también quién se empeña en, además de como historia, sea enseñado como ciencia. Veamos, según este libro el Universo y la Tierra (que es plana) fueron creados en seis días. La mujer nació de la costilla el hombre, lo que ahora supondría un levantamiento feminista a lo revolución magrebí. Y como última perla, un hombre partió el Mar Rojo por la mitad, para que el pueblo judío pasara.

Es cierto que actualmente pocos se toman esta narración al pie de la letra, pues lo ven más que como una historia real, como una historia con sus moralejas y su enseñanza moral. "Las religiones enseñan moralidad", dicen algunos, "sin ellas no distinguiríamos lo que está bien de lo que está mal". ¿Really? El AT es perfecto para dar lecciones de moralidad, si lo que quieres es crear un asesino en potencia. Por ejemplo, en este libro se nos exhorta a asesinar brutalmente a nuestra pareja si nos sugiere un cambio de religión, además, de que el protagonista absoluto, Dios, es todo un tirano ante el que Hitler padecería, capaz de pedirle a Abrahám que sacrifique a su propio hijo por él. Y Abrahám no lo dudó, menos mal que Dios solamente quiso comprobar su lealtad (traducido, quiso disfrutar con el sufrimiento del anciano). Es verdad que Dios le da a Moisés unas tablas que contienen los mandamientos, las leyes que Dios ha hecho para los hombres, de las que sólo dos suelen ser leyes en la mayoría de países. Pero que más da, Moisés, a pesar de las tablas, es capaz de cargarse a cuatrocientos hombres en su viaje a Israel, cuando en el cinto mandamiento pone claramente, "No Matarás". Que maravilloso se ve el mundo después de leer este libro, hace que robar una televisión 3D sea como dibujar un pene en la mesa del colegio.


Pero sin duda, lo mejorcito de la religión judía es, a parte de las circuncisiones, su día sagrado, el Sabbath. En el Sabbath no se puede hacer absolutamente nada. El Sabbath es lo único que convertiría a un ateo como yo a una religión, porque es perfecto para los vagos. Imaginaos, El lunes hay exámen y el domingo tienes la comunión de turno, así que tienes que estudiar el sábado. La prueba es de Física y Química, y no te apetece estudiar. ¿Que haces para no sentirte culpable? Efectivamente, convertirte a la religión judía. Despiertas el sábado, o como dirás a partir de ahora, Sabbath. ¿Te has despertado? ¡MAL! No puedes hacer nada, es Sabbath, y si no lo cumples sufrirás la ira de Jehova. Intentas dormir otra vez. ¡Otra vez mal! No puedes dormir, es hacer algo. Pero, entonces, ¿que es la nada? Llegas a la conclusión de que la nada debe ser cuando tu madre le dice a alguien que ha venido a visitarte que no estás haciendo nada, pero las madres, cuando sus hijos les dicen que no hacen nada lo traducen como "mi hijo se está masturbando". Así que, después de tres minutos, te das cuenta de que ser un buen judío es muy duro y que no es para vagos como tú, te vuelves ateo otra vez y suspendes el exámen con malísima nota. El profesor te pregunta porqué a lo que tu respondes "es que este sábado me cortaron el pelo y he perdido las fuerzas". Ya, ya.

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