martes, 9 de agosto de 2011

The Black Crown, de Suicide Silence


Suicide Silence tuvo la mala (buena para los fans) fortuna de que su debut, The Cleasing, fuera uno de los mejores discos de metal extremo de los últimos años, que cogió el género allí donde lo habían dejado Slipknot después de sus dos primeros álbumes, creando un sonido que ha sido imitado por cientos de bandas desde entonces. Y es mala suerte porque, después de eso, todo lo que hagan va a ser comparado con su ópera prima. Su anterior disco, un más que decente ejercicio de metal extremo en el que ya empezaron a dar señas de por donde iban a tirar en el futuro, fue menospreciado por fans y crítica. Ahora llega este The Black Crown, su tercer álbum, que ha recibido mejor acogida que el anterior, pero aún así, me parece que sigue menospreciándose un poco al tratarse de la banda que creó The Cleasing.

En este nuevo disco, la banda se adentra definitivamente por los senderos que en No Time To Bleed eran parte de una encrucijada. Han madurado y se han dado cuenta de que tienen que hacer su música para ellos, no para sus fans, y han decidido seguir con su evolución natural. Que nadie se asuste, Suicide Silence no son Bring Me The Horizon, que ya tienen poco que ver con la escena extrema, Mitch Lucker sigue verreando como siempre, los blastbeats siguen siendo demenciales, y la brutalidad de los riffs y los breakdowns tienen tanta fuerza que pueden tirarte de la silla en cualquier momento, siguen teniendo ese sonido tan personal que siempre les ha caracterizado.

Pero eso no quiere decir que no hayan añadido nuevos elementos, como un acercamiento de Lucker a la melodía vocal, una producción más heavy, más groove en las guitarras, etc. Sin duda es muy significante el acercamiento en algunas canciones al Nu Metal más cafre, como en "You Only Live Once", un tema que recuerda a como sonaría "Wait And Bleed" si hubiera sido compuesta hoy. La mayor sorpresa del disco es sin duda la aparición de Jonathan Davies en "Witness The Adicction", algo que ha desconcertado a los fans aunque los miembros de la banda siempre han ensalzado a Korn como una de sus grandes influencias. La otra colaboración curiosa es la de Frank Mullen, de Suffocation, en uno de los temas más brutales del álbum, lo más cercano al death metal clásico que podremos oir en el plástico.

Queda poco del llamado deathcore en esta producción, si acaso esos breakdowns tan destructivos de los que siempre han hecho gala, pero el sonido del disco tiene poco que ver con el de las bandas del estilo. Esto es metal extremo sin etiquetas, con muchas influencias noventeras de bandas como Sepultura, Pantera o Machine Head. Está muy claro que Suicide Silence nunca van a entregarnos otro The Cleasing, pero si pueden entregarnos otra obra maestra. Si siguen por este camino, el próximo disco podría ser un disco muy a tener en cuenta. De momento, con este han conseguido llegar al puesto veintiocho del Billboard americano, todo un logro para un grupo de sus características.



No hay comentarios:

Publicar un comentario