lunes, 2 de mayo de 2011

La nueva tetera de Russell


 El filósofo y matemático Bertrand Russell, que tenía serias dudas sobre la existencia de Dios, creó un ejemplo paradigmático para demostrar que las religiones en realidad son meras supersticiones. Imaginemos que hay una tetera viajando por el universo, tan pequeña que no se puede ver con un telescopio. Si una persona dijera que existe tal tetera, se le tomaría por loco. Sin embargo, un libro antiguo dice que de verdad existe una tetera, y esto se enseña los domingos como realidad inmutable y se instala en la mente de los niños por sus padres desde que nacen. Así, la creencia se extendería por el mundo y contaría con millones de fieles y detractores, que se acusarían mutuamente de locos. La analogía de Russell sirve como crítica y sátira de las religiones, igual que el Monstruo Espagueti Volador o el unicornio rosa invisible. Aunque no es eso lo que vengo a criticar hoy, ¿o quizás sí?

Todos nos hemos enterado esta mañana de la muerte de Osama Bin Laden, lider de Al Qaeda, amigo íntimo de la familia Bush y principal objetivo de Estados Unidos desde los ataques del 11-S. Ha muerto gracias a un tiro en la cabeza de uno de los miembros de la Marina estadounidense, que si sale a la luz se convertirá en presidente vitalicio del país por su "heroica" (también reconozco que merecida) acción. Lo curioso viene después, pues los marines, en vez de llevarse el cadáver a su país, donde sería muy solicitado, han decidido darle una enterramiento digno (ya que la muerte muy digna no ha sido) lanzándolo al mar, con tan mala pata que ni siquiera hicieron una foto al cadáver ni se llevaron ninguna prueba que pueda demostrar la muerte del terrorista.

Muchas celebraciones y muchas palabras de agradecimiento a los estadounidenses, pero lo esencial, que son las pruebas, no tenemos ni una, aunque una foto falsa intente engañarnos. No voy a negar que me encantan las conspiraciones (estoy deseando escuchar lo que Santiago Camacho tenga que decir sobre esto), pero tampoco podéis negar vosotros, queridos lectores, que esto huele muy mal. Los medios, en caliente, están celebrándolo como nadie, pero conforme vaya pasando el tiempo, el mito seguirá creciendo y creciendo, y ya no sabremos si, como casi siempre, nos tenemos que creer la versión oficial. 

Por eso, creo que este caso podría ser una nueva tetera de Russell. Están los que creen que de verdad  ha sido asesinado y lanzado al mar, porque parece lo más seguro gracias al despliegue realizado, y los que creen que todo es mentira porque no tenemos ni una sola prueba de ello. Sin embargo, este conflicto podría resolverse facilmente, si los estadounidenses no hubieran lanzado el cuerpo al mar, al igual que podría haberse resuelto el otro gran mito popular, el de la muerte de Hitler, si hubieran dejado alguna prueba de su suicidio. No creo que, como en este último caso, se creen teorías diciendo que Bin Laden escapó en un ovni, pero es probable que la gente no se crea que esto ha pasado realmente.

Que cada uno crea lo que quiera, pero recordad que, por ahora, no hay evidencias de que esto haya pasado. Los estadounidenses se creerán cualquier cosa que les digan de todas maneras, no en vano son el país más religioso del mundo, pero nosotros deberíamos evitar el fanatismo que se ha levantado allí ante su muerte y dejarnos llevar por hechos demostrables, no por excusas que tienen pinta de ser muy baratas.

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