martes, 26 de abril de 2011

"Está bien para ser de España"


 Ayer fue un día grande para la televisión española. Una de las mejores series que se ha visto por aquí en mucho tiempo dijo adiós con un episodio final a la altura de la serie. Si bien al principio me pareció un poco exagerado y forzado, conforme fui reflexionando me di cuenta de que era un final brillante pero oscuro, adjetivo que también comparte la propia serie. Aquí me preguntaba antes de su estreno si Crematorio conseguiría desmarcarse de las producciones con las que se la relacionaba y sus personajes.

Con mucha alegría tengo que decir que sí, que Sánchez-Cabezudo ha conseguido crear un producto 100% español con la gran influencia de las series americanas y el cine. En este apartado el director ha hecho un trabajo envidiable. No digamos ya de su labor en el guión junto a sus compañeros, pues ha adaptado con gran éxito una novela que practicamente carecía de narrativa y que se basaba en monólogos interiores de cada personaje, un tipo de novelas muy difícil de adaptar. Y los personajes y sus relaciones han quedado perfectamente plasmados, diría que algunos, como el propio Pepe Sancho (sublime como Bertomeu), ya forman parte de la historia de la televisión de nuestro país.

Crematorio quedará probablemente como una serie de culto, a pesar de que tampoco es perfecta. Se le puede criticar su extrema frialdad o su complejo guión con muchas tramas, pero a la hora de analizarla, la serie tiene muchos más pros que contras. Yo ya estoy deseando que salga en DVD, que se editará el 11 de mayo por un módico precio de 25 € el DVD y 30 € el Blu-ray.

Ahora toca hablar de otra cosa relacionada con la serie, y en general, con toda cuestión que sea nacionalizada española. Me refiero a algunos comentarios que he podido leer en Twitter (Crematorio ha sido tema del momento esta mañana), que decían que era una buena serie aunque fuera española. Ya advertí en la previa de la serie que no soy nada patriota, y que no me gusta nada el panorama de series en nuestro país, pero estos comentarios tan llenos de prejuicios son capaces de sacarme de mis casillas de la misma manera que El gato al agua. Para empezar, creo que es un error encasillar un producto por su nacionalidad. Así, tenemos ejemplos tan célebres como el "a mi el cine español no me gusta". ¿Y si no lo ves, como sabes que no te gusta?

Despreciar lo nacional, que por cierto, solo apreciamos cuando ganamos un Mundial, se ha convertido en una especie de moda, quedar bien echando por tierra el trabajo de decenas de artistas españoles con unas palabritas y con acciones como ir a ver el último blockbuster de Hollywood, penoso por cierto, y dejar de ver, por ser española, No tengas miedo. Lo mismo podemos decir en todos los terrenos artísticos, cuando hay artístas españoles que tienen museos con su nombre en Alemania y nadie los conoce. También hay ejemplos en la ciencia (los mejores científicos del mundo son españoles, pero tuvieron que irse del país) e incluso en la arqueología (culturas ancestrales que vivieron en nuestra península no han sido debidamente estudiadas todavía).

Parece que los españoles tenemos cierto complejo de inferioridad, creemos no tener nada con lo que destacar, aparte de la selección de fútbol (¿soy yo o el cántico "yo soy español", suena igual que el grito de opresión "yo soy Espartaco"?), y por eso nos aplicamos muy bien el "si no puedes con el enemigo, únete a él". Pero ahí está el error. Podemos ser una superpotencia cultural si nos lo proponemos, pero desde luego, a base de prejuicios nunca lo vamos a conseguir, y lo triste es que esto es el cantar de siempre. Por lo menos la ultraderecha no ha subido (todavía)...

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