miércoles, 20 de abril de 2011

Game Of Thrones, Winter has come


Después de una gran campaña de marketing que ha durado varios meses, he podido ver el primer episodio de la nueva serie de HBO, Game Of Thrones, de la que ya hablé en este mismo blog hace unas semanas. Tengo que decir que, al contrario que muchos, no me enfrente al piloto con miedo a que me decepcionara. Sabía que no me iba a decepcionar. Mi única duda era si iba a alcanzar el nivel de excelencia que tienen otras series actuales de la cadena, como Boardwalk Empire o Treme. Pues bien, mi única duda se disipó en el momento en el que el imponente muro del norte apareció en pantalla. La secuencia inicial, que corresponde al prólogo del libro, está magníficamente rodada en un precioso paraje nevado, y la aparición de los Caminantes es escalofriante. Después de esto, los magníficos créditos de inicio (¿los mejores que he visto?) mis dudas estaban totalmente disipadas.

La hora que duraba el capítulo se me hizo cortísima, quizás porque vi tan bien reflejado el espíritu de la novela que quedé hipnotizado. Para empezar, la característica que distingue a Canción de Fuego y Hielo de otras sagas fantásticas es la violencia y el sexo. Aquí ya nos dejan claro que vamos a tener bastante de ambos. La escena de la boda dokharti es el mejor ejemplo. Los hombres se pelean por hacer el amor a las mujeres y acaban enzarzados en peleas a vida o muerte. Así que, al igual que en Boardwalk Empire, vamos a tener desnudos a cascoporro (Emilia Clarke, la actriz que interpreta a Daenarys, puede haber batido el record de mostrar más veces sus senos en un piloto).

La otra característica de la que ya hablé en la previa, los personajes. A Sean Bean le viene como anillo al dedo el personaje de Ed Stark, y se nota que disfruta con él. Peter Dinklage va a robarse la serie con Tyrion, y Emilia Clarke puede ser la gran revelación, junto con Kit Harington, que interpreta al bastardo Jon Nieve. También ojo con los personajes femeninos, porque en esta saga dan mucha guerra, sobretodo Michelle Fairley (Catelyn Stark) y Lena Headey (Cersei Lannister), las dos jefas de clan enfrentadas. Todavía no ha aparecido, pero tengo muchísimas ganas de ver a Aidan Gillen, el Carcetti de The Wire, en el papel de Meñique.

A esto le tenemos que añadir la grandísima puesta en escena que ha hecho HBO, ya no solamente gracias a los magníficos emplazamientos en los que está rodada y la exquisita dirección artística (personalmente, me resulta difícil elegir entre la vestimenta de Don Draper o Eddard Stark), sino también en cuestiones de dirección cinematográfica. Porque esto, compañeros, es la seña de identidad de HBO, hacer de las series de televisión el mejor cine de la actualidad. Este piloto iba firmado por el director maestro de la cadena, Tim Van Patten, pero en estas series eso no importa, porque todos los directores y guionistas mantienen el nivel muy alto. La música, épica y siniestra, y la fotografía, bella y precisa, son otro acierto de la serie que solo puede ir a mejor.

En conclusión, creo que Game Of Thrones va a disputarse el trono de mejor serie de HBO (en la actualidad), con Treme, cuya segunda temporada arraca este mismo fin de semana. A partir de este fin de semana, viviremos una lucha encarnizada por el Trono de Hierro particular de la cadena, el de las buenas críticas de prensa y fans. Porque en HBO no quieren tener la mayor audiencia de la televisión norteamericana, quieren tener los beneficios necesarios, y después, agradar a los fans. Un poco más de dos millones de espectadores vieron el estreno de Game Of Thrones, aunque habrá muchos pases durante la semana. Sea cual sea el número definitivo, el invierno no ha hecho más que comenzar...

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